12 de marzo

Esa sensación de paz, esa que sólo tu sonrisa me da.

Esa sensación de ser invencible cuando te veo sonreír.

Desde el primer día, desde que te vi sonreír de verdad por primera vez, sin darme cuenta corazón te empezó a pertenecer.

Llegaste y me conquistaste, haciendo olvidarme de quién era en el mar de tus ojos y la belleza de tu alma.

Mi alma se volvió tuya; no como en la literatura barata ni en la historia de Werther, si no de verdad, como lo haría el desalmado de Bukowski o el maldito Baudelaire.

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